viernes, 5 de agosto de 2011

Biografía Keynes


John Maynard Keynes







Nació en Inglaterra. Su padre, John Neville Keynes, fue un destacado economista y lógico. Estudió en Cambridge y entre sus profesores se encontraba Marshall.
Keynes fue una figura importante tanto en el mundo de los negocios como en la vida académica. Fue el máximo exponente de la delegación del Tesoro británico en la conferencia de paz que siguió en la Primera Guerra Mundial y también fue jefe de la comisión de su país para la organización del Fondo Monetario Internacional y el Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo. En la década de los años treinta los países de occidente sufrieron la más grave crisis económica conocida hasta la fecha: la Gran Depresión. El marginalismo no estaba capacitado para explicar ese fenómeno. En 1936 J.M. Keynes publica su Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero, el libro que, sin duda alguna, ha influido de forma más profunda en la forma de vida de las sociedades industriales tras la segunda Guerra Mundial. Las decisiones de ahorro las toman unos individuos en función de sus ingresos mientras que las decisiones de inversión las toman los empresarios en función de sus expectativas. No hay ninguna razón por la que ahorro e inversión deban coincidir. Cuando las expectativas de los empresarios son favorables, grandes volúmenes de inversión provocan una fase expansiva. Cuando las expectativas son desfavorables la contracción de la demanda puede provocar una depresión. El Estado puede impedir la caída de la demanda aumentando sus propios gastos. Keynes fue el primero de los economistas burgueses que reconoció abiertamente que el Capitalismo estaba enfermo, y que exigía para su funcionamiento medidas económicas activas por parte del Estado. Pero antes de llegar a esa conclusión, Keynes remueve los cimientos teóricos de la concepción neoclásica. Considera que el optimismo sobre las ventajas de la libre empresa y el libre mercado a ultranza del que hablan los economistas ortodoxos no se extrae de los hechos, o de la realidad, sino de una hipótesis incompleta introducida en aras de la simplicidad.


Keynes reconoce en cierto modo el carácter contradictorio del régimen capitalista, y además, a fuerza de lógica y de simple sentido común, se percata de que no era un régimen absoluto, ni tampoco una estructura natural para el desenvolvimiento de la sociedad humana. Es obvio que aún pensando así, no anula ni niega su posición clasista. Defendía el Capitalismo ante el Socialismo y en definitiva toda su obra científica estuvo encaminada a replantear lo que él mismo llamaría la técnica del Capitalismo Moderno por medio de la acción colectiva. En su concepción, la esencia del Capitalismo es la dependencia de un intenso atractivo por hacer dinero y por los instintos de amor al dinero de los individuos como principal estimulo de la máquina económica. Según él, se pueden hacer adecuaciones en el mecanismo económico sin llegar a afectar la esencia del capital. Es interesente además como Keynes no da a  principio del dinero y su anhelo como motor impulsor de la sociedad una presencia universal o suprahistórica “No toda nación, y no todo momento histórico da al deseo de dinero el mayor peso en la vida social y económica” Se le puede ver como una frase menor, pero si se quiere también, como una negación de las tesis absurdas de los historiadores burgueses que ven el capital y la racionalidad económica hasta en la lanza del salvaje prehistórico y sus actos semi -salvajes.

En su obra más acabada, Teoría General, encontramos juicios críticos de enfrentamiento a algunos problemas de la sociedad capitalista. En esta obra, Keynes reconoce dos grandes inconvenientes de la sociedad burguesa, su incapacidad para procurar la ocupación completa y su arbitraria y desigual distribución de la riqueza y los ingresos. Así reconoce textualmente: “Creo que hay justificación social y psicológica de grandes desigualdades en los ingresos y en la riqueza, pero no para tan grandes disparidades como existen en la actualidad”.
El sistema keynesiano se apoya en el papel económico activo del Estado, sin embargo, el economista no cree que el campo de la iniciativa privada se vea seriamente afectado por esta participación estatal. Para él la eficiencia económica es un factor relacionado con la iniciativa privada. Según su criterio “el individualismo es la mejor salvaguarda de la libertad personal si puede ser purgado de sus defectos y abusos, en el sentido de que, comparado con cualquier otro sistema, amplía considerablemente el campo en que pueden manifestarse la facultad de elección personal”. Si bien se podría decir que la revolución keynesiana no consistió en construir un nuevo edificio teórico, sino que más bien se limitó a ordenar el sistema económico heredado, es incuestionable que Keynes removió tanto la política como el análisis económico. Con el paso de los años sus ideas fueron penetrando en el mundo académico y en las políticas económicas de los países del mundo occidental. Muchos vieron con entusiasmo una política capaz de darle un segundo aire al sistema capitalista después de la crisis, e incluso los socialdemócratas miraron con interés una doctrina que propiciaba la intervención del Estado en la economía. Sólo los más liberales se opusieron con fuerza a sus ideas intervencionistas.


John Keynes fue un hombre de vasta cultura, un humanista erudito, gran orador, contertulio y mecenas de intelectuales y artistas. En 1942, el Rey Jorge VI le nombró Barón, ingresando en la Cámara de los Lores. Al final de su vida, John Maynard Keynes se desempeño como director del Banco de Inglaterra y asesor del ministro del Tesoro.




1 comentario:

  1. Me gusta mucho la página. Cuando pueda voy a detenerme más en la biografía de Keynes que escribistes. Yo acabo de postear un video sobre sus teorias aplicadas al caso español.
    Muy linda la música

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